Todavía No.

Mentalidad de crecimiento superando obstáculos

O ahora o nunca.

Pues simplemente, todavía no.

Dándole vueltas a mi nuevo proyecto y buscando recursos sobre la formación continua me gustaría saber ¿por qué algunos profesionales se estancan mientras otros destacan y se crecen ante los mismos desafíos? Ojalá tener la respuesta, claro.

Yo no la tengo, todavía, pero Carol Dweck, en su libro 'Mindset: The New Psychology of Success' me da una pista en algo que ella denomina mentalidad de crecimiento. Su investigación revela que la diferencia no está en las habilidades innatas, sino en cómo concebimos nuestras capacidades de desarrollo.

Divagando un poco en esta idea, me he parado a pensar en la urgencia y la inmediatez con la que parece que tenemos hacer frente a nuestro día a día y en como parece que incomoda el concepto del todavía no. No es falta de seguridad, no es falta de ganas, es que no hay que salir corriendo tras todas las oportunidades, es que no hay porque tener la respuesta a todo, todo el rato. Podemos pararnos y reflexionar, leer, preguntar, y finalmente, actuar.

Por supuesto, hay excepciones. Si escucho: "¡Mamááááá, ayúdame a sacar las galletas del horno!", mejor voy corriendo a la cocina. O si alguien me dice: "¿Me mandas la factura y te la pago?", pues la factura está enviada antes de terminar este post.

Tal vez otro día reflexione sobre el sistema GTD y por qué ciertas urgencias sí merecen nuestra inmediata atención.

Me refiero a algo más estructural en nuestra manera de afrontar la vida, sea profesional o personal (que es la misma).

Dweck analiza dos tipos de mentalidades, una mentalidad fija, en la que las personas creen que sus cualidades básicas: inteligencia, talento o carácter, son rasgos estáticos versus una mentalidad de crecimiento, en la que esas cualidades son como semillas que podemos cultivar.

No me cuesta visualizar los perfiles a los que se refiere. En el primer caso pensamos que un error es por falta de inteligencia, que una crítica es un ataque directo a nuestra persona, aunque sea un feedback constructivo. En cambio, si lo miramos con una mentalidad constructiva veremos que la dedicación y el esfuerzo equivalen a una mejora continua, y que cada error puede ser la oportunidad para evolucionar.

Tampoco me cuesta decidir con qué tipo de personas me gustaría trabajar, y convivir. Si según Sartre, somos seres en constante construcción, que mejor que aprovechar todas las oportunidades que encontremos para formarnos y construirnos en una mejor versión.

Y en lugar de ahora o nunca, incorporemos un “todavía no” para poder aprender y adquirir los recursos necesarios para hacerlo mejor.

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Del conocimiento a la FELICIDAD.